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Fotografía: Antonio Domingo


Aprendemos-vivimos, vivimos-aprendemos, la vida es un camino continuo, hay momentos en los que corremos apresuradamente para alcanzar tal o cual cosa, hay otros momentos en los que simplemente vamos lento por miedo a perdernos un detalle de lo que esta sucediendo, hay otros pocos momentos en los que simplemente nos quedamos fijos al asfalto sin saber que hacer, si caminar o correr, no sabemos que decir, no sabemos que gritar, pero es en esos momentos es en los que vemos al costado de la ruta a una persona que nos muestra como hacer el siguiente paso para seguir adelante en el camino de nuestra vida.

Me acuerdo cuando te conocí…. cuantas promesas, cuantos recuerdos, y hoy son esos mismos recuerdos los que nos atan.
Cambiamos tanto que ninguno de los dos se dio cuenta que el otro ya no vivía para uno, que ya no disfrutábamos de la simpleza de estar juntos.
Somos unos ciegos, nos prendemos a esta vida, por que es la única que conocemos, por costumbre y creo que eso es lo mas triste, que ninguno tenga el valor para decir la verdad, que fue hermoso mientras duro, pero hoy nos tenemos que alejar para ver que es lo que queremos en verdad.
Quizás sea el momento, de decir, adiós…o un hasta luego……..

Podemos soñar, podemos tener el valor de perseguir aquello que anhelamos con todo el corazón.
Podemos ser valiente y saltar los obstáculos uno por uno.
Podemos ir saboreando cada pequeña victoria, porque en el fondo nuestro corazón es como un caballo que va cabalgando hasta su objetivo, pasando por diferentes metas que nos dejan pequeñas satisfacciones.
Solo tenemos que ser lo suficiente valiente como para ser ese caballo que va galopando hasta ese gran objetivo, que en definitiva de eso se trata la vida…